10.11.06

De Akutagawa al "Coaching Ontologico"


Llegué a Akutagawa por y en Buenos Aires. La revista literaria y cultural que edita “El Ateneo” comentaba su recién aparecido libro “Vida de un loco”. Con ese título, y con un epílogo de Borges, despertó de inmediato mi curiosidad.
Quienes hayan leído otros textos de este blog tal vez habrán descubierto una velada obsesión por la cultura japonesa. Leer a Akutagawa sólo ha conseguido reforzar esa obsesión: escribió sobre la locura, vivió la difícil época en que Japón se “occidentalizaba” a principios del siglo XX, y finalmente se suicidó a los 35 años. Camino similar al de tantos artistas que renegaban de la pérdida de tradiciones que se vivía en el país, al tiempo que descubrían con cierta fascinación la estética y arte europeos.
En su epílogo, Borges elogia su límpido estilo. Vaya de ejemplo un fragmento de “Vida de un loco”:

“Veintinueve años de existencia humana le habían ofrecido poca iluminación. Pero Voltaire al menos lo equipó de alas artificiales.
Desplegando esas alas hechas por el hombre, se remontaba con facilidad hacia el cielo. Empapado por la luz de la razón, la alegría y el pesar humano se hundían bajo sus ojos. Sobre sórdidas ciudades, dejando caer la burla y la ironía, se elevaba hacia el espacio despejado, encaminándose directamente al sol. Lo mismo que con alas hechas por el hombre, derretidas por el resplandor del sol, había lanzado al mar a un antiguo griego, muerto. Parecía haberlo olvidado…”


29 años de existencia humana que coinciden con los míos. ¿Cuáles son las alas artificiales a las que estoy apelando en este tiempo de mi vida?
Últimamente, mi inquietud ha circulado en torno al “Coaching Ontológico”. Un enfoque teórico-práctico orientado a mejorar nuestra capacidad de comunicación. No a un nivel abstracto, sino absolutamente concreto, enfocado en cómo decimos lo que decimos, y qué esperamos (tácita o explícitamente) de lo que decimos. Su taxonomía de los “actos de habla” es seductora, y abre diálogo y discusión.
A diferencia de lo que le ocurría a Akutagawa con Voltaire, no hay aquí una luz de la razón que ciegue. Por el contrario, es una invitación directa a comunicarnos en todos los planos: racional, emocional, corporal. Es una propuesta a no dejar de lado los aspectos humanos que nos definen tanto o más que la razón (tan sobrevalorada por tanto tiempo). En fin, una propuesta “ontológica” en todas sus dimensiones.

"Vida de un loco", Ryunosuke Akutagawa, Emecé Editores, 2006
"Ontología del lenguaje", Rafael Echeverría, Editorial Gránica, 2005