28.1.06

Dream Anatomy


La relación del hombre con su cuerpo es un tema universal, que por milenios ha sido problematizado de diversas maneras por distintas culturas. Nuestros ancestros culturales más directos, los griegos y romanos,abordaban este tema tanto desde la filosofía como desde la medicina, a través de una serie de indicaciones y consejos acerca de como "administrarnos" a nosotros mismos; y es que para ellos el cuerpo era el asiento del intelecto, de la razón, del alma, y como tal tenía que estar a la altura de tan precioso don alojado en él.

Si bien en esa época había ya un interés por la materialidad del cuerpo y su organización, no es sino hasta el siglo XV cuando el avance en las técnicas de impresión de imágenes y nuevas tecnologías gráficas permiten que este tópico cobre un renovado vigor. Desde el afán universalista de Da Vinci y el afán anatomista de Vesalio, una serie de nuevas investigaciones se despliega hasta nuestros días.

El método de la disección, la observación directa del cuerpo humano en el cadáver cuidadosamente explorado, fue foco de renovadas prohibiciones sobre todo desde el mundo eclesiástico. Por este motivo, muchas de las investigaciones fueron llevadas a cabo en secreto, y se recurrió a los artistas para que graficaran estos hallazgos. El resultado fue un gran número de imágenes obtenidas de la realidad que se fusionaron con elaboradas imágenes surgidas del "imaginario" de su época.

De allí el título de Dream Anatomy que tiene esta interesante recopilación de ilustraciones, acompañada de un discreto análisis histórico. Y es que el verdadero peso, la verdadera llave de acceso a este imaginario, son las imágenes mismas.

Dream Anatomy es una iniciativa del NIH (National Institutes of Health)
Un análisis más acabado sobre la relación del hombre con su cuerpo en las culturas griega y romana se encuentra en la Historia de la Sexualidad de Michel Foucault, tomos 2 y 3 respectivamente.

21.1.06

Detectives Salvajes


Estoy leyendo esta buenísima novela de Roberto Bolaño (nada que ver con Chespirito, como pensó en su momento una fémina). Su primera parte es en lo formal una novela de iniciación adolescente: rebelión contra la autoridad familiar, rebelión contra la autoridad social, rebelión contra los convencionalismos culturales, iniciación sexual...

Sin embargo, de algún modo que no tengo muy claro, tal vez a nivel emocional, me recuerda a Sobre Héroes y Tumbas de Ernesto Sábato... aunque no hay muchos puntos en común desde la historia narrada. Tal vez tenga que ver con la sordidez de algunos personajes, sobretodo los femeninos...

14.1.06

Coffee & Cigarettes


A Vallenar es poco el cine que llega. La gran mayoría de las veces películas infantiles o "todo espectador", que cumplan el requisisto de "entretención para toda la familia" para las matinés de los fines de semana (no todos, por cierto; tal vez 2 en el mes). El cine-teatro-centro cultural local tiene un cierto parecido al añorado Normandie, con su platea alta en desuso, sus butacas de madera con revestimiento de tevinil, su sonido de transistor viejo...

Así que en mi último viaje a Santiago aproveché para ir al Cine Arte Alameda a ver la última película estrenada en Chile de Jim Jarmusch, Coffee & Cigarettes. Grande fue mi sorpresa al ver que un joven subía al escenario premunido de un control remoto, apuntaba al techo y prendía el DataShow que colgaba casi sobre mi cabeza. A pantalla completa apareció el Menú del DVD, activaron Subtítulos: Español, y comenzó la función. Confieso que no lo esperaba así...

La película es una sucesión de 11 cortos, algunos filmados por Jarmusch hace bastantes años, y que finalmente fueron reunidos y lanzados como película el 2003. Cada corto tiene 2 o 3 personajes, muchos de ellos conocidos actores o músicos que se interpretan a sí mismos compartiendo café (o té en una ocasión) y cigarrillos. Historias breves, en las cuales nada trascendental sucede, con el gusto a una conversación de café sin ningún apuro...

El hilo temático lo constituye Nikola Tesla, aquel magnífico inventor de principios del siglo XX, y su teoría de que el mundo es un gran resonador de sonidos. Así cada historia, desconectada de la otra en tiempo y espacio, repite ciertos pequeños elementos, o matices emocionales, o trozos de diálogos, consiguiendo una suerte de unidad temática evocada por la dupla de cafeína y nicotina.

Coffee & Cigarettes, dirigida por Jim Jarmusch, 2003
www.coffeeandcigarettesmovie.com

Más sobre Nikola Tesla en Wikipedia: Nikola Tesla

12.1.06

El debate Chomsky-Foucault


Esos sí que eran debates... El año 1971, un canal de televisión holandés transmitió este debate histórico.
Chomsky contaba con 43años, y se encontraba como profesor de Lenguaje y Lingüística Modernos en el MIT. Foucault, de 45 años, había sido recientemente nombrado profesor en el Collège de France de la cátedra Historia de los Sistemas de Pensamiento.

El debate constó de 2 partes, bajo el tema general de la "Naturaleza Humana".
En la primera se debatieron los principales postulados de cada uno en relación a la generación de nuevo conocimiento en el ámbito de la ciencia. El enfasis de Chomsky estaba en la estructura de la mente humana que permite el surgimiento de las teorías científicas, mientras que Foucault abogaba por las estructuras sociales, principalmente el poder y su relación con el sujeto, como condicionador de los "avances" de la ciencia desde el siglo XVII.
En la segunda parte, el debate giró hacia la política y su relación con el hombre y la sociedad.

Es decidor del espíritu de la época el tipo de intervenciones que tenía el moderador. Intentaba una suerte de debate de Norteamérica vs Europa, casi como si de la Guerra Fría se tratara. La gran mayoría de las veces, intentaba que los argumentos de ambos se plantearan como opuestos, y que se pudieran marcar claramente las diferencias y oposiciones entre ambos. Resulta claro que ambas posiciones y líneas de trabajo no son incompatibles, sino complementarias, y así lo dejan ver en varios momentos ambos pensadores.

La transcripción del debate (en inglés) se encuentra en Human Nature: Justice versus Power (Noam Chomsky debates with Michel Foucault)
(He buscado versión en español, pero solo he encontrado fragmentos).

Más sobre Chomsky en www.chomsky.info
Más sobre Foucault en foucault.info

7.1.06

El Maestro de Go


El Go es un milenario juego oriental que se desarrolla entre 2 contrincantes sobre un tablero de 19 x 19 líneas, usando fichas blancas y negras en forma alternada. Cultivado por la Corte Imperial y Monjes Budistas, el Go alcanzó su máximo esplendor al ser incorporado al entrenamiento de los samurais, quienes gobernaron en la práctica al Japón por 7 siglos, hasta 1868.

70 años después, Yasunari Kawabata (Premio Nobel de Literatura 1968) fue enviado por un periódico de Tokio a cubrir el último campeonato del Maestro Shusai Honnimbo. Corría el año 1938, y durante los cerca de 7 meses que duró la partida, Kawabata escribió las 64 entregas que aparecieron en el periódico, y que permitían seguir el torneo desde todo el país. Posteriormente convirtió este material en una novela, pero manteniendo inalterable la "crónica fiel" que le había sido encomendada.

El relato va mucho más allá del mero reporte de un juego. Está centrado en la dramática confrontación entre la tradición y la modernidad, encarnada en Shusai y Otake respectivamente. La tradición había hecho del Go una forma de vida, y al Maestro una encarnación de valores e ideales a los cuales se le debía respeto y veneración. Los nuevos tiempos traían una renovación, con torneos normados más allá de lo que ocurría en el tablero, con jugadores profesionales que competían "para algo" (un título, un premio) y no "por algo". Una renovación que conducía a un juego que lentamente se desencarnaba de su jugador.

Como en otros textos de Kawabata, los capítulos del libro a menudo no siguen un orden cronológico. Muchos se cierran sobre sí mismos, y abordan un tema o un aspecto del relato desde muchos momentos distintos de la temporalidad de lo narrado. Capa sobre capa, y sin ninguna prisa, nos conduce al momento en que una tradición es desafiada y derrotada irremediablemente.

Fragmentos

"Había sido un observador pasivo de las disputas en Hakone y las que siguieron. No eran asunto mío, y yo no había emitido mi opinión. Aun ahora no me pedía un consejo. Sólo me informaba de su decisión. Sentado a su lado y al escuchar sus tribulaciónes, sin embargo, sentí por primera vez que debía hablar, y que además podía ofrecer mis servicios como mediador.
Hablé con osadía. Dije que, como desafiante en este último juego del Maestro, él peleaba por un lado en un combate individual, pero que también peleaba en una batalla más vasta. Que era el representante del nuevo día. Que estaba inmerso en las corrientes de la historia. (...)"

"El Maestro había colocado el juego a nivel de obra de arte. Era como si la tarea, semejante a una pintura, hubiera sido manchada en el momento de mayor tensión. Ese juego de negro contra blanco, de blanco contra negro, tenía el designio y las formas de una creación artística. Tenía el vuelo del espíritu y la armonía de la música. Todo se desvirtuaba si sonaba una nota en falso, o si una parte del dueto repentínamente se salía de la forma y entraba en un excéntrico desarrollo propio. La obra maestra de un juego podía arruinarse por la insensibilidad de sentimientos de un adversario. (...)"

"El Maestro de Go", Yasunari Kawabata
Emecé Editores S.A., Buenos Aires, 2004

Sobre el Go
Asociación Chilena de Go www.igochile.cl
Asociación Argentina de Go www.go.org.ar

2.1.06

Franjas de Cielo

(Durante el año 2004, se desarrolló un Taller de Narrativa para Psiquiatras al alero de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile. El presente texto fue concebido al finalizar dicho Taller).

Parto de la imagen de un libro de Paul Auster. Un hombre ha decidido abandonarse a su locura, a su identidad en fuga. Se refugia en un callejón sin salida de Nueva York. Postrado entre los contenedores de basura, su única referencia del paso del tiempo son los cambios de luminosidad en la franja de cielo que divisa más allá de los rascacielos. No hay hombres, no hay días. Sólo rostros de espejismo a la distancia.

Puede que la descripción que Auster da en su libro no coincida con mi recuerdo, pero esa franja de cielo me lleva a otra, captada por una cámara de video. Un hombre en el lado izquierdo de la imagen mira despreocupadamente hacia arriba. Un edificio al lado derecho muestra en uno de sus costados la silueta de un avión. La imagen tiembla, el hombre se sobresalta. Tal vez grita. La franja de cielo más allá de los rascacielos comienza a oscurecerse con un tono rojizo. No hay rostros. Tampoco espejismos.

Cuando esas imágenes se grabaron en mi memoria, aún no tenía la costumbre de mirar al cielo. He de reconocer que fue un hábito tardío.

Primero fue la búsqueda de gárgolas y otros animalejos similares, esculpidos en las cornisas del barrio antiguo. Miradas pétreas que en ocasiones se cruzaban con la mía, develándome el estático paso de las sombras por sus cuencas de granito. Esas nunca pudieron mirar al cielo.

Pero yo admiraba a las otras, a las que sólo contaban con las nubes para interrumpir su incesante escrutinio del infinito. Acaso creía encontrar en ellas cierta transfiguración de mi odio a lo cotidiano, a ese ineludible enfrentamiento día a día con mi monótono andar. Cuando el desprecio se apoderaba de mí, intentaba vaciar mi mirada y dirigirla hacia la altura.

Se comprende así que mi segunda adquisición fuese el hábito de mirar al cielo desde la altura. Las azoteas de los edificios eran mi refugio cada vez con mayor frecuencia. Desde allí la franja de cielo se ampliaba, hacia los lados, pero también hacia arriba. Era como si mi mirada fuera capaz de abarcar cada vez hasta mayor altura. Sentía que alcanzaba la nitidez azulosa de ese vacío lleno de significados que se abría ante mí.

Compadecía al personaje del libro de Auster, por su imposibilidad de ver más que una mera franja de cielo. Pero más intensamente que la compasión sentía un profundo desprecio por su voluntario abandono, por su mendigar carente de virtud, por su ascetismo sin fundamento.

Desde entonces mucho tiempo ha pasado. Gárgolas, libros, azoteas, imágenes televisivas.

Hoy, mientras este dolor en mi espalda me paraliza lentamente, aún logro ver una franja de cielo. Reflejada en el charco frente a mi cara, va oscureciéndose con un tono rojizo que borra su fondo de piedra insondable.

(Texto publicado en el Nº 2 de "Laxitud 33", órgano oficial de la Asociación Libre de Becados de Psiquiatría, Abril 2006).