2.7.12

Esbozos numerológicos: El 5

El Cinco (o la Quintaesencia) se constituye como un paso que permite la superación, desde el dominio de la Materia (expresado numerológicamente por el cuaternario) al de la Vida y de la Inteligencia (quinario).

Para la gran mayoría de las antiguas cosmogonías occidentales, el mundo material consta de cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego. La combinación de éstos, en distintas proporciones, generaría el mundo que nos rodea. Sin embargo, el misterio de la vida en general, y de la existencia humana en particular, sobrepasa la comprensión lograda a partir de esta tétrada. Es así como se invoca un quinto elemento para lograr dar cuenta de esta innegable complejidad. Habitualmente se le ha llamado éter y se le ha considerado indestructible e incorruptible, un elemento puramente espiritual, una manifestación del espíritu cósmico, tal y como se ha considerado al alma humana.


Alquímicamente, la Quintaesencia o el quinario es representado por el "Mercurio Filosófico" (unión del Azufre con la Sal), siendo el centro de la cruz que simboliza las polaridades del mundo de la materia (unión de los dos principios primordiales). Es, en este sentido, espiritualización de la Materia.


Desde antaño, el pentáculo o estrella de cinco puntas ha sido usado como símbolo mágico. Dicho emblema, dispuesto con un vértice hacia arriba, puede alojar en su interior la representación del Ser Humano, lo que la enlaza con el simbolismo previamente expuesto de la Quintaesencia. (Invertido, con dos vértices hacia arriba y uno hacia abajo, aloja la cabeza del macho cabrío).


En el Tarot de Marsella, el Arcano V es "El Papa", tradicionalmente concebido como el natural puente o mediador entre el mundo de los hombres (material) y el mundo divino suprasensible. Mismo rol que han tenido los Sumo Sacerdotes en otras culturas y tiempos.


Este trayecto, desde la Materia hasta el Hombre a través del número 5, encuentra además referencias en nuestro propio cuerpo. Espiritualización de la Materia, potencialidad de trascendencia intrínseca a nuestra condición humana, posibilidad de comprender la materialidad a través del intelecto. Los cinco sentidos nos permiten percibir el mundo por medio de las sensaciones corporales, mientras los cinco dedos de la mano nos permiten actuar sobre nuestro entorno.