20.6.06

El enigma


Su sonrisa se dibujaba tenue al contraluz. Sus pasos se grababan silenciosos en la tibia arena del atardecer, mientras avanzaba con la vista al frente, intentando atrapar aquel horizonte lejano.
¿Qué pensamientos evocaba? ¿Qué recuerdos inaccesibles de ocasos en otras arenas?
Mientras, yo me perdía en la ensoñación. Su figura recortada al aire, al sol tan cercano en esa tarde, al viento que ondulaba su largo pelo... que pronto dejaría de ser largo, una vez más.
"A veces siento que la gente que está conmigo sabe tan poco de mí, una mínima parte de lo que soy, de lo que hago, de lo que pienso..." Tus palabras me sonaron frescas, como si las estuviera oyendo por primera vez. Así, exactamente así, te sentía en ese momento: un enigma, hermoso como todo enigma, anidando la secreta y total comprensión de sí para quien supiera hallarla, para quien encontrara la oculta clave.
Me sonreí, y en complicidad con el rumor del oleaje, apreté el botón que me abría esa anhelada revelación.

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